Estoy mirando por la ventana de mi hotel en Bogotá.
Extrañaba las nubes.
Extraño el recuerdo de agarrar un carro con mis amigos y subir a La Calera a ver las nubes más de cerca.

Viene a un evento de Spotify, a celebrar la salida de mi álbum ‘cuatro’.
Vamos a tocar en vivo y va a estar brutal.
Estaba pensando en la ruta que me trajo hasta aquí. No a Bogotá, sino a donde estoy en mi vida.

Tuve momentos donde soñé alcanzar un montón de cimas, y cuando conquisté algunas de ellas descubrí que no se sentían como creí que se iban a sentir cuando las alcanzara.
Cuando esto pasó, mi corazón se rompió. Pero después me di cuenta de lo liberador que era.

Descubrí que el único tesoro de hacer las cosas es hacerlas.
No el resultado de hacerlas.
No los premios por hacerlas.
No el reconocimiento social de hacerlas.
No.
Sino hacerlas.
El deleite de hacerlas.

El único tesoro de hacer canciones y que ustedes las escuchen es hacer canciones y que ustedes las escuchen.
Por tonto que suene.
El tesoro de viajar a verlos en el tour va a ser viajar a verlos en el tour. No las fotos que salgan en la prensa y los periódicos celebrando los sold out de las ciudades donde vendimos todas las entradas.

Invéntense una vida tal cual como se la imaginan.
Pregúntense: si nunca nadie me fuera a reconocer por lo que hago, si la plata no fuera un problema… qué haría?? A qué le dedicaría mi tiempo.
Esa pregunta es liberadora.
No quiere decir que puedan ya mismo lograr que su vida se reacomode a esta idea, pero sí que van a tener un norte nuevo. Un lugar hacia donde ir. Un castillo que construir.

Evaluna y yo hablamos un poco de esto en el video que subimos hoy al canal de Camilo y Evaluna.
Por si quieren ir a explorarlo.